Las alteraciones de conducta son habituales en personas con demencia. En muchas ocasiones desconocemos el motivo, pero en otras ocasiones existen muchos patrones comunes.
El origen de las alteraciones de conducta puede ser múltiple e incluso pueden ser provocadas por más de un motivo. Las más frecuentes suelen ser a la hora del aseo, el vestido, cuando existen demasiados estímulos, con determinadas personas o en determinados sitios y momentos. No olvidemos que la demencia no afecta a dos personas por igual, puesto que cada ser humano es único y no hay dos personas iguales. En la conducta influyen factores como la experiencia biográfica o la personalidad, por lo que cada caso tendrá que ser investigado como único y específico.
No obstante, existen momentos en los que es habitual que se produzca alteración y uno de ellos es el aseo. No somos conscientes de que estamos mirando con nuestros ojos y nuestra perspectiva, no con la de la persona a la que pretendemos asear. En ocasiones no son capaces de percibir que nuestra única intención es asearlos y vestirlos, por lo que se sienten invadidos e incluso atacados. Pensemos por un segundo que no podemos de percibir la realidad tal y como es, sino que tenemos una distorsión de la misma. Vemos que alguien invade nuestro espacio vital e intenta quitarnos la ropa. ¿No es lógico pensar que también cualquiera de nosotros se alteraría e intentaría defenderse?
Cuando tengamos que realizar el aseo y la persona sea tendente a alterarse en ese momento, pensemos lo que está percibiendo. A veces hay que mantener a la persona cubierta por partes, no dejarla desnuda del todo, para que no se sienta expuesta. Nuestra expresión facial, lenguaje corporal y tono de voz es fundamental para transmitir tranquilidad y seguridad. No vayamos con prisa, mantengamos la calma, puesto que lo que sentimos lo contagiamos, es decir, si tenemos prisa y no estamos tranquilos contagiaremos a la persona con demencia, lo que generará que se altere.
Si fuera necesario, desistiremos en ese momento y lo volveremos a intentar más tarde, cuando esté más calmada. La generación que ahora tiene más prevalencia en demencia es una generación que culturalmente ha sido muy pudorosa, recordemos que eso fundamental, cómo ha vivido la persona y cómo percibe las situaciones.
Cuidar a una persona con demencia puede ser muy difícil, pero si conocemos la enfermedad podremos conseguir que sea un poco menos duro y bastante más gratificante.
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