Las personas con demencia enfrentan desafíos cognitivos que las hacen especialmente vulnerables a situaciones de riesgo vital. Desde caídas hasta desorientación, asfixia o accidentes domésticos, estos riesgos pueden poner en peligro su vida si no se gestionan adecuadamente. En este artículo, exploramos cómo los déficits cognitivos influyen en estas situaciones y qué estrategias podemos implementar para prevenirlas y manejarlas, siempre desde una perspectiva neuropsicológica.
¿Qué Son las Situaciones de Riesgo Vital en Demencias?
Las situaciones de riesgo vital son aquellas que, debido a las limitaciones cognitivas propias de la demencia, pueden amenazar la vida de la persona. No nos referimos a enfermedades, sino a accidentes. Algunos ejemplos frecuentes incluyen:
- Caídas graves: Que pueden causar fracturas o lesiones en la cabeza.
- Asfixia al comer: Obstrucción de las vías respiratorias debido a problemas de deglución.
- Desorientación y deambulación: Perderse o exponerse a peligros ambientales al salir del hogar sin supervisión.
- Accidentes domésticos: Como quemaduras, intoxicaciones o electrocuciones.
La falta de atención, memoria, percepción y juicio aumenta la probabilidad de que estas situaciones ocurran. A continuación, analizamos cómo podemos prevenirlas y actuar ante ellas.
Déficits Cognitivos que Incrementan el Riesgo
Las personas con demencia presentan alteraciones cognitivas que dificultan su respuesta ante emergencias. Estos son algunos de los déficits más relevantes:
- Pérdida de memoria: Olvidan apagar electrodomésticos o seguir instrucciones de seguridad.
- Déficits de atención: Pueden no notar peligros inmediatos, como un charco en el suelo.
- Problemas de percepción y orientación espacial: Dificultad para calcular distancias o reconocer lugares familiares.
- Juicio y toma de decisiones alterados: No reconocen la gravedad de una situación o no saben cómo pedir ayuda.
- Lentitud en el procesamiento cognitivo: Responden más lentamente a situaciones críticas, como un incendio o una caída.
Conociendo estas limitaciones, podemos planificar estrategias efectivas de prevención y manejo.
Principales Situaciones de Riesgo Vital y Cómo Actuar
- Caídas y Fracturas
Las caídas son una de las causas más comunes de lesiones graves en personas con demencia.
Prevención:
- Instalar suelos antideslizantes y retirar alfombras sueltas.
- Colocar barandillas y pasamanos en escaleras y baños.
- Asegurar una buena iluminación en todas las áreas del hogar.
- Fomentar ejercicios de fortalecimiento muscular y equilibrio.
Intervención:
- Revisar posibles fracturas o heridas tras la caída.
- Inmovilizar a la persona si se sospecha una fractura.
- Llamar a emergencias si la situación lo requiere.
- Asfixia al Comer
Los problemas de deglución son comunes en la demencia avanzada y aumentan el riesgo de asfixia.
Prevención:
- Supervisar siempre durante las comidas.
- Adaptar la textura de los alimentos: ofrecer alimentos blandos o triturados según las necesidades.
- Evitar distracciones mientras comen y fomentar que mastiquen y traguen despacio.
Intervención:
- Realizar la maniobra de Heimlich en caso de obstrucción.
- Llamar a emergencias si la obstrucción no se resuelve.
- Desorientación y Deambulación
La desorientación puede llevar a que la persona salga del hogar y se pierda, exponiéndose a peligros externos.
Prevención:
- Instalar cerraduras de seguridad y sensores de movimiento en las puertas.
- Usar dispositivos GPS para localizar a la persona en caso de extravío.
- Proporcionar pulseras o identificaciones con información de contacto.
Intervención:
- Notificar a las autoridades inmediatamente.
- Informar a vecinos o familiares cercanos para que colaboren en la búsqueda.
- Utilizar dispositivos GPS si están disponibles.
- Accidentes Domésticos
Desde quemaduras hasta intoxicaciones, los accidentes domésticos son un riesgo constante.
Prevención:
- Guardar productos tóxicos y peligrosos en armarios con cerradura.
- Etiquetar claramente los productos de uso diario, como alimentos y medicamentos.
- Supervisar el uso de electrodomésticos y evitar que la persona maneje utensilios peligrosos, como cuchillos o encendedores.
Intervención:
- En caso de intoxicación, llamar al centro de emergencias e informar sobre el producto ingerido.
- Si hay contacto con sustancias peligrosas, enjuagar con agua y seguir las instrucciones del servicio de emergencias.
Estrategias Neuropsicológicas para la Prevención y Manejo
Además de las adaptaciones físicas, existen estrategias neuropsicológicas que pueden ayudar a prevenir y manejar situaciones de riesgo:
- Simplificación del entorno: Eliminar objetos innecesarios para evitar distracciones y reducir riesgos.
- Recordatorios visuales y auditivos: Colocar señales que recuerden pasos de seguridad, como «Cerrar el grifo» o «Apagar la estufa».
- Rutinas seguras: Establecer hábitos diarios que refuercen comportamientos seguros, como supervisar siempre las comidas o cerrar las puertas antes de dormir.
- Instrucciones claras y repetitivas: Usar frases cortas y sencillas para reforzar acciones específicas (ej., «Camina despacio», «Si te pierdes, llama a este número»).
Conclusión
El manejo de situaciones de riesgo vital en personas con demencia requiere un enfoque preventivo y adaptativo que combine cambios en el entorno con estrategias neuropsicológicas. Cada caso debe adaptarse a las necesidades cognitivas específicas de la persona, priorizando siempre la seguridad y la calidad de vida.
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