¿Qué es la telerehabilitación cognitiva y por qué está ganando terreno?
La telerehabilitación cognitiva es una forma de intervención neuropsicológica que se realiza a distancia, utilizando herramientas digitales para entrenar funciones como la memoria, la atención, el lenguaje o las funciones ejecutivas. En lugar de acudir físicamente a una consulta, la persona realiza ejercicios desde casa, adaptados a su nivel y necesidades, supervisados de forma remota por un profesional.
Este enfoque no busca sustituir al contacto humano, sino complementarlo, haciéndolo más accesible, continuo y flexible. Hoy, gracias a plataformas diseñadas específicamente para ello, muchas personas mayores o con dificultades de movilidad pueden seguir terapias eficaces sin salir de su hogar.
“Cuando la mente necesita entrenar, la distancia no debería ser una barrera.”
¿Por qué es una oportunidad para las personas mayores?
La telerehabilitación permite llevar la intervención allí donde más se necesita: al entorno cotidiano de la persona. Esto tiene múltiples beneficios:
- Rompe barreras físicas y geográficas: Personas que viven en zonas rurales, con movilidad reducida o que no cuentan con centros especializados cerca pueden recibir atención.
- Favorece la continuidad del tratamiento: Se reducen los abandonos y se mantiene la estimulación incluso en periodos de vacaciones, enfermedades o aislamiento (como ocurrió durante la pandemia).
- Aumenta la personalización: Las plataformas permiten ajustar el nivel de dificultad, frecuencia y tipo de tareas, registrando el progreso de forma automática.
- Empodera al paciente: Al sentirse partícipe y autónomo, mejora la adherencia, la autoestima y la motivación para seguir entrenando.
- Involucra a la familia: Los cuidadores pueden acompañar el proceso y recibir indicaciones claras para apoyar desde casa.
¿Cómo funcionan estas plataformas?
La mayoría de las plataformas de telerehabilitación cognitiva funcionan de forma muy intuitiva:
- Evaluación inicial: Se realiza una valoración neuropsicológica para identificar las áreas a trabajar.
- Diseño del plan de intervención: El profesional configura el perfil con ejercicios específicos, frecuencia y duración.
- Acceso remoto: El usuario accede desde una tablet, ordenador o móvil, en el horario que prefiera.
- Supervisión y adaptación: El terapeuta recibe los resultados en tiempo real y ajusta el plan según el rendimiento.
- Comunicación directa: Algunas plataformas incluyen chat, videollamadas o mensajes integrados para mantener el contacto.
No se trata de jugar por jugar. Estas herramientas están diseñadas con criterios científicos y clínicos, y muchas han demostrado su eficacia en estudios con población mayor o con deterioro cognitivo leve.
Ejemplos de plataformas que están cambiando el modelo de intervención
- NeuronUP: Una de las plataformas más conocidas en español. Ofrece más de 10.000 actividades digitales y manipulativas organizadas por procesos cognitivos, nivel de dificultad y edad.
- CogniFit: Integra evaluación y rehabilitación con ejercicios gamificados. Ideal tanto para profesionales como para uso individual.
- GRADIOR: Desarrollada en España, esta herramienta permite trabajar múltiples funciones cognitivas, y es utilizada en residencias y centros de día.
- Constant Therapy: Muy usada en países anglosajones, está especialmente diseñada para personas con daño cerebral o deterioro cognitivo.
- Stimulus Pro: Enfocada a profesionales de la neuropsicología y la logopedia, permite un control exhaustivo del progreso.
Cada plataforma tiene su enfoque, pero todas comparten un mismo objetivo: democratizar el acceso a la intervención cognitiva de calidad.
¿Qué se necesita para empezar desde casa?
- Un dispositivo con conexión a internet: Puede ser un ordenador, una tablet o incluso un móvil.
- Una pequeña ayuda inicial: Alguien que acompañe los primeros pasos, especialmente si hay dificultades tecnológicas o miedo al error.
- Supervisión profesional: Aunque muchas plataformas permiten el uso individual, el acompañamiento de un psicólogo o terapeuta asegura una intervención eficaz y segura.
- Motivación y rutina: Los beneficios se observan con la práctica regular. Crear una rutina diaria o semanal puede marcar la diferencia.
“La tecnología no reemplaza el vínculo terapéutico, pero lo puede extender más allá de las paredes de la consulta.”
¿Y qué hay de las limitaciones?
Aunque los beneficios son muchos, es importante ser realistas:
- No todas las personas mayores se sienten cómodas con la tecnología. Es clave contar con apoyos y con plataformas intuitivas.
- La conexión emocional puede verse afectada si no se combina con encuentros presenciales u otras formas de acompañamiento humano.
- No sustituye a una evaluación diagnóstica completa, ni a tratamientos psicoterapéuticos que requieran una intervención más profunda.
- Puede generar frustración si el diseño no está adaptado a las capacidades cognitivas, visuales o motoras del usuario.
Por ello, la clave está en el uso responsable y adaptado, no en aplicar la misma receta para todos.
Reflexión final: Terapia en casa, pero con corazón
La telerehabilitación cognitiva no es solo una moda tecnológica. Es una herramienta real que, bien aplicada, puede mejorar la vida de muchas personas mayores.
Pero como toda tecnología, solo cobra sentido si está al servicio de lo humano. De poco sirve tener miles de ejercicios si no hay empatía, seguimiento y escucha detrás. No se trata de convertir la terapia en una app más, sino de llevar la calidad profesional a cada hogar, a cada historia, a cada momento del día.
“Cuando la terapia llega a casa, el cuidado se vuelve parte de la vida cotidiana. Y eso, a cualquier edad, es salud.”
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