Entidad Sin Ánimo de Lucro. Número de registro: 1183SND

Qué es la Retrogénesis

La retrogénesis es un proceso mediante el cual se van perdiendo las capacidades en orden inverso a como se aprendieron, es decir, vamos desaprendiendo de lo más difícil a lo más fácil.  

La demencia es un proceso neurodegenerativo y en los pacientes que la padecen se produce lo que se denomina retrogénesis. La persona va perdiendo facultades de forma progresiva. Los niños aprenden primero a comer con las manos, después utilizan la cuchara, posteriormente el tenedor y, por último, el cuchillo. Es un claro ejemplo de cómo vamos adquiriendo habilidades a medida que nuestro cerebro va madurando. Una persona con demencia perderá primero la habilidad para manejar de forma adecuada un cuchillo, después el tenedor, siendo capaz únicamente de utilizar una cuchara y, por último, no será capaz de usar cubiertos. Lo mismo que sucede con los cubiertos, le ocurre con las demás habilidades, incluido el lenguaje, el aseo o el vestido. 

Algunas teorías sostienen que se producen las mismas etapas que en los niños, es decir, pasamos de una etapa a otra hasta terminar en la etapa inicial. Podemos considerar que respecto a las habilidades y capacidades hay mucha similitud, lo cual no significa que los pacientes con demencia se “vuelvan niños”, sino que siempre serán adultos, con daño cerebral, pero adultos, aunque acaben en muchas ocasiones buscando a sus madres y padres. Es muy difícil entender cómo se van perdiendo estas capacidades, especialmente cuando la persona afectada por demencia es alguien cercano afectivamente, que ha sido quien ha ejercido de protector/a y ahora su rol es el contrario. Indudablemente, la mejor forma de tratar a alguien con demencia es con mucho cariño y paciencia, sin la menor duda es lo que más necesita, pero sin infantilizarlos, a pesar de que sea fácil confundir la retrogénesis con una vuelta a la infancia. El cerebro de un bebé es muy inmaduro y evoluciona rápidamente, lo cual es muy diferente al de un adulto que sufre un proceso neurodegenerativo.  

Esta involución provoca que un paciente con demencia no sea capaz de entender el orden en el que se debe vestir o cómo realizarse un aseo. Le genera mucha confusión el tener que decidir, por ejemplo, cuál es la prenda que se pone en primer lugar y cómo colocársela. Al no verse capaz, lo habitual es que se quede sin hacer nada o incluso se altere, fruto de la frustración y de la incapacidad para comunicarse con éxito.  

Un adulto con demencia tiene una historia biográfica, una trayectoria vital en la que ha pasado por muchas etapas, ha recorrido los distintos ciclos vitales y ha sido una persona autónoma y autosuficiente que, incluso, ha cuidado a otras personas a lo largo de su vida. La infantilización no es aceptable, de hecho, se considera una forma de maltrato. Estas fases de la retrogenésis no implican la pérdida de esa experiencia biográfica, de este recorrido vital pleno de experiencias meritorias que no podemos borrar, al igual que la demencia borra los recuerdos de quien la padece. El cuidado debe de ser realizado con dignidad, con respeto y teniendo en cuenta que ese adulto que vemos ahora en situación de vulnerabilidad ha sido una persona completamente capaz de realizar todo lo que ahora no puede.  

 “Si habito en tu memoria, no estaré solo” (Mario Benedetti) 

Si necesitas ayuda, ingresa AQUÍ

Fundación de Neurociencias

Newsletter

Ir al contenido